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Hay que perseverar

Editorial de la Memoria 2018, aprobada en la Asamblea Anual Ordinaria del 10 de abril de 2019. Por Raúl Daz, Secretario General de ATE Rosario.



Comenzamos el anuario 2018 contando la jornada del 1º de Mayo porque pensar y pensarnos como clase trabajadora en tiempos donde la democracia se encuentra en estado crítico, toma mayor relevancia. Una fecha, además, que desde el año 1890 se conmemora ininterrumpidamente en nuestra Rosario rebelde.

El año 2018 fue muy difícil pero debemos destacar no sólo el avance de las decisiones antiobreras de este Gobierno neoliberal y oligárquico sino poner el centro en las múltiples resistencias que se fueron fogoneando con mayor organización y lucha.

En ellas debemos destacar la lucha del movimiento de mujeres, multiplicidad feminista llena de iniciativas políticas, en tiempos que no dejan de violentar la pelea humana por la libertad. Este movimiento de mujeres que va mutando e incorporando a sus luchas las identidades de géneros que asoman en la necesidad de ser reconocidas, respetadas e institucionalizadas por el Estado, se instala en las conciencias con miradas estratégicas en la necesidad de nuevos derechos, de una nueva democracia. Y el Estado no puede dejar de mirar con mayor atención a estas nuevas pertenencias colectivas.

Un ejemplo de lucha que tuvo como protagonista a nuestra ATE, es la promulgación de la ley 13.696 de Licencia Laboral por Violencia de Género, un paso importante que el sindicato venía impulsando desde el año 2013. Como también la implementación del día preventivo de salud, la nueva legislación que modifica el estatuto y el escalafón municipal bajo la ordenanza 3574/84. Y no podemos dejar de mencionar ese 8 de agosto bajo el frío y la lluvia torrencial, donde el movimiento masivo de organizaciones sociales, gremiales, políticas no pudo frenar a las ideas corporativas de un Senado no representativo, con la legalidad del aborto, pero que no dejó ni deja de luchar con intensidad hasta lograr este derecho tan importante como es el de decidir qué quiere hacer una mujer con su cuerpo.

Por supuesto, el salario es central en nuestra labor de todos los días, un derecho universal muy castigado en tiempos de ajuste macrista y de cada uno de los gobernadores que llevan adelante el pacto fiscal que firmaron para dar gobernabilidad a las políticas dictadas por los grupos de poder en Argentina. Un derecho puesto en jaque desde la reforma previsional y el intento de reforma laboral y cristalizando su rumbo con la deuda externa impagable, acordada con el Fondo Monetario. Rumbo que en año de las elecciones Macri va a profundizar generando más desigualdad, más pobreza, más desempleo, menos trabajo, menos educación, menos salud, mayor precarización en las condiciones de vida.

Además, ATE cerró el 2018 con numerosas elecciones de delegados/as y juntas internas, que sumaron mas de 200 delegados/as gremiales electos/as. Este enorme ejercicio de democracia sindical da cuenta de un modelo donde la militancia colectiva es la base y el sustento del trabajo gremial. En un contexto de recorte de las libertades democráticas, la salida es mas y mejor organización.

Un párrafo aparte merece el mojón que puso proa a una nueva CTAA. El 8 de agosto nos volvimos a centrar en el cauce. Y la autonomía política de nuestra clase en nuestra CTAA va caminando sobre los rieles que nunca debió perder y que, atacada varias veces, quebró primero en 2010 y luego desvió en 2014. En 2018 decidimos seguir dándole vida con el voto de las trabajadoras y los trabajadores. Ya se encuentra en pleno movimiento nuestra auténtica CTAA, en camino a algo nuevo. Es por eso que lo que decía Germán sobre los caminos es más que un anhelo. Es una construcción que no cesa y que en sus ideas de intentar un camino autónomo, independiente y propio, está más vigente que nunca. La única forma de derrotar los signos neoliberales de Cambiemos en tiempos tormentosos para nuestro pueblo. Porque estamos resistiendo el ajuste para construir una nueva sociedad. En paridad absoluta.
El 2019 es el año de los azos en Argentina, a 50 años de los Rosariazos y del Cordobazo. Como nos dice siempre, aunque físicamente ya no esté, el colorado Quagliaro, quién nos sigue guiando en sus memorias, en sus luchas, en su inmensa humanidad, tuvimos bien presente que cada una de las decisiones que fuimos tomando en cada sector de trabajo, como lo refleja año a año la memoria de nuestra política que habitamos con orgullo, fue en dirección de estar a la altura de las luchas. Aunque difíciles, lejos estamos de resignarnos y de bajar los brazos.
Porque como lo recuerdan Víctor, Cachorro Godoy, Cacho Mengarelli y tantos, para ser de esta estirpe hay que perseverar. Nosotros y nosotras, desde esta ATE, no podemos soslayar la tan justa definición magistral de quien fuera protagonista de las luchas más emblemáticas de los años ‘60, ‘70, ‘80 y ‘90. Porque nunca cejó en sus objetivos. Esa mirada estratégica que Héctor Quagliaro tenía en la sangre y que nos reafirma en este concepto de la militancia: “no basta participar un día de exaltación en la batalla si no se está preparado de cuerpo y alma para perseverar”. Así no más. Y debajo de ese pizarrón que le custodiaba la espalda en la sede central de ATE Nacional, decía “el que afloja, pierde; y el que se va, es un cobarde”.

 

Raúl Daz
Marzo 2019


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