40 años de ANUSATE: Forjar la capacidad de volver a soñar
El 9 de diciembre se cumplen 40 años de la reunión fundacional de la Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad en ATE (ANUSATE). Fue la que logró recuperar el gremio de manos de la burocracia en la primera elección luego de la dictadura, en 1984. Uno de sus fundadores, Víctor De Gennaro, trae el recuerdo de esa gesta. Y Lorena Almirón enlaza el pasado y el presente proyectando el futuro de la agrupación.
El 9 de diciembre de 1977, representantes de ocho seccionales y del Consejo Directivo Central de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) se reunieron en la Casa Nazareth, de la Iglesia de la Santa Cruz, en la calle Carlos Calvo al 3100, de la ciudad de Buenos Aires. Fue el cierre de un proceso de reuniones y diálogo fomentado por Héctor Quagliaro, Víctor De Gennaro, Germán Abdala y Luis Vila con el objetivo de fundar una agrupación interna en el sindicato estatal. Allí se fundó la Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad en ATE (ANUSATE) y comenzó una historia de organización y luchas que llega hasta hoy y quiere seguir siendo cauce de miles de compañeras y compañeros.
Ese comienzo fue, además, marcado a fuego por el contexto de la dictadura genocida. El día anterior al inicio del encuentro fundacional de ANUSATE, en ese mismo lugar, habían sido secuestrados la monja francesa Alice Domont y ocho familiares de desaparecidos. Quagliaro recordó que un escritor uruguayo refugiado en la Casa Nazareth les había contado sobre el operativo del día anterior. “Nosotros no teníamos conciencia del momento que se vivía, deberíamos haber agarrado los bolsos, saltar los tapiales e irnos corriendo. Lo que contó nos impactó, pero decidimos, quizás con mucha inconsciencia, no hacer público eso entre los compañeros y quedarnos, para no frustrar el esfuerzo que nos había costado esa convocatoria y poder reunir esa cantidad de compañeros. Ese acto temerario fue quizás el nacimiento orgánico de nuestra Agrupación, acto que asumimos no tanto por valentía, sino por ser fieles a nuestro compromiso y poder así avanzar en el objetivo de recuperar nuestro gremio para los trabajadores del Estado”, relató.
“Recuperar nuestra ATE para los trabajadores del Estado arrancándosela a los lacayos de la dictadura genocida”, asegura Víctor De Gennaro que era el objetivo central que se planteaban. La referencia es hacia Juan Horvath, quien estuvo al frente del sindicato durante la dictadura.
Al respecto, Quagliaro recordaba que “la idea de crear nuestra Agrupación se inscribe en los hechos políticos y sindicales, en particular sobre la experiencia del golpe del '55, que lo primero que hizo fue intervenir y encarcelar a todos los dirigentes gremiales. La imaginación y el compromiso militante generó la creación de agrupaciones que no sólo seguían luchando, defendiendo las medidas y leyes que favorecían a los trabajadores, sino que se convierten en organismos que facilitarán la recuperación de todas las estructuras gremiales que la reacción quería hacer desaparecer”.
Hace 40 años y con ese deseo fue que se juntaron esos hombres. “Cinco de las ocho seccionales presentes, de las cincuenta y pico que había en el país, eran del sector de donde salieron los fundadores de ATE en 1925. No era casualidad”, evaluó De Gennaro, quien luego sería Secretario General de la naciente agrupación.
Según cuenta la leyenda, fue en aquella reunión que Quagliaro lanzó esa frase que tanto trascendió. Miguel Peyrano, uno de los presentes, registró con precisión ese momento: “Yo recuerdo que fue en Nazareth, porque estaba sentado al lado de él, donde Quagliaro dijo eso de que ‘Estamos abriendo un cauce por el que transitarán miles de compañeros que aún no conocemos’. Y con la confianza que había entre nosotros le pregunté si no le parecía un poquito exagerado. '¡Mira cuántos somos!', le dije. Pero parece que el Colorado no estaba exagerando”. El propio Quagliaro diría años después que eso “que parecía una utopía imposible, el tiempo, el esfuerzo, la coherencia y la activa y comprometida militancia, nos dio la razón”.
La voluntad organizada
De Gennaro no puede evitar enlazar el recuerdo de ANUSATE con otras luchas y con el presente. “Si hay algo a rescatar de aquellos militantes es que fuimos conscientes de que sin voluntad política organizada no existe posibilidad de triunfo. Fuimos el único gremio 'grande' que cambió su conducción nefasta en las primeras elecciones del movimiento sindical post dictadura (1984), y nuestra energía siguió plasmando iniciativas. Cuando en el peor momento por la derrota de las experiencias de gobiernos socialistas y la traición del peronismo en nuestro país, desde 1989, plantamos el orgullo de sentirnos clase trabajadora. Ayudamos a parir la CTA, las grandes marchas federales, la recuperación de los derechos humanos en nuestra tierra con Memoria Verdad y Justicia. Y fuimos parte del Frente Nacional contra la Pobreza”, enumera.
Pero también aclara que no hay que magnificar la capacidad militante de ayer y subestimar la de hoy. “Los trabajadores estatales teníamos menos poder en aquella ATE entregada que hoy, a no dudarlo”, puntualiza. Lo que añade es que “es necesario construir seriamente un faro y derrotar a los que trabajan delegando, creyendo que con poner al gremio al servicio del patrón de hoy, del anterior o el que venga, se solucionan los problemas. Eso quizás sea lo que esta ANUSATE del siglo XXI tendrá que forjar: la capacidad de volver a soñar y concretar una revolución en el Estado que permita a los trabajadores ser protagonistas en la concreción de la felicidad de nuestro pueblo”, augura.
Volver a enamorar
Lorena Almirón es la Secretaria Adjunta de ATE Rosario y pertenece a la Agrupación desde que se afilió al sindicato, hace 13 años atrás. Para ella, aquella lucha fundacional de ANUSATE por recuperar el gremio hoy se replica en la pelea contra las burocracias sindicales. “También dentro de nuestra organización tenemos burocracias. Así como en el ´84 fue 'Horvarth o ANUSATE', hoy es 'Hoffman o ANUSATE', dos líneas distintas de pensar un sindicalismo. Por eso nosotros hoy más que nunca reivindicamos a nuestra agrupación teniendo en cuenta la conducción provincial que tenemos, que acuerda a espalda de los trabajadores y trabajadoras o que acuerda aumentos a la baja y en cuotas, que piensa otro sindicato, y que fomenta esto de 'qué me da el sindicato' o 'qué beneficios tengo'. No tenemos beneficios, tenemos derechos y los hemos conquistado a través de la lucha. La única respuesta que conocemos es la respuesta colectiva para los problemas de los trabajadores”, asegura.
Al mirar hacia adelante, la dirigente afirma que el futuro de la agrupación tendrá que ver “con un empoderamiento y un protagonismo importante por parte de las mujeres”. Y señala que también hay que apostar por los jóvenes: “así como nuestros compañeros que fueron fundadores de nuestra agrupación nos enamoraron a quienes empezamos hace más de diez años, el desafío que tenemos es cómo hacer lo mismo con los compañeros y compañeras jóvenes que todavía no conocemos y que seguramente se van a afiliar al sindicato”.
Equipo de Comunicación ATE Rosario
* Nota publicada en el periódico Codo a Codo de diciembre de 2017