42 años de la fundación de ANUSATE
Este 9 de diciembre se cumplió un nuevo aniversario de la fundación de la Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad en ATE (ANUSATE). Fue la que, en la primera elección luego de la dictadura, lograría recuperar el gremio de manos de la burocracia, en 1984.
El 9 de diciembre de 1977, representantes de ocho seccionales y del Consejo Directivo Central de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) se reunieron en la Casa Nazareth, de la Iglesia de la Santa Cruz, en la calle Carlos Calvo al 3100, de la ciudad de Buenos Aires. Tras un largo y rico debate, se elaboró un documento a modo de carta de presentación dirigida a todos los afiliados de ATE.
Ni más ni menos que una declaración de principios, que salió firmada como “ANUSATE”, pero que tenía la aprobación política de todos los participantes del plenario fundacional: Héctor Quagliaro, Víctor De Gennaro, Andrés Pérez, Alberto Giúdice, Luis Vila, Cacho Mengarelli, Colacho Martínez, Manuel Sbarbati, Miguel Peyrano, Néstor Peysee, Luis Daldini, Héctor Sanmartino, Walter Rodríguez, Eduardo De Gennaro, Hugo Contreras, Edgardo Cruz, Ángel Bardaro, Miguel Romero, Horacio Buccicardi y Germán Abdala. Todos compañeros que estaban abriendo un cauce que muchas de nosotras y nosotros transitaríamos hasta hoy.
La vigencia y profundidad de aquella declaración en plena dictadura militar y con un plan de exterminio en feroz desarrollo, nos convoca a replicarla y compartirla. La valentía y convicciones de este grupo, que se transformó en miles de estatales, sigue interpelando nuestra militancia cotidiana, construyendo cimientos, llamando a ser protagonistas de la historia de nuestro gremio y nuestro país.
“Un grupo importante de compañeros que componen las diversas Seccionales de ATE, impulsados por la inquietud ante la magnitud de situaciones estructurales y económicas por la que atraviesan todos los trabajadores, han decidido autoconvocarse para analizar, a la luz de la realidad social y política que nos circunda, el estado y la marcha de nuestra Organización”, iniciaba aquella proclama.
Allí se señalaba el “desmembramiento de nuestra organización a nivel nacional” y la “incapacidad, el inmovilismo y el silencio cómplice de la actual conducción nos obliga y compromete a reunir nuestros mejores y mayores esfuerzos para salvar a nuestra organización de su destrucción estableciendo enfáticamente que, por encima de cualquier enfoque diferenciado sobre el particular, nos proponemos la defensa inclaudicable de la única herramienta válida de autodefensa de los trabajadores: su organización gremial”.
Este planteo profundo del colectivo sindical como elemento fundamental en la autodefensa de las trabajadoras y trabajadores, expresará su certeza en diversas instancias de la vida democrática. Y se extenderá a la clase en su conjunto, con la perspectiva social, política y de poder global que encarnaría la ANUSATE como conducción del sindicato estatal de cara a las más sentidas luchas del pueblo.
“Queremos ofrecer un cauce que, aunque largo y difícil, sirva para modificar conductas y políticas, renovar lo caduco, garantizar idoneidad para la función, evidenciar en el accionar permanente la lealtad en todos los aspectos, erradicar la irrepresentatividad y la antidemocracia sindical eliminando para siempre los tutelajes nocivos, los oportunismos políticos coyunturales, la demagogia y el compromiso con la dádiva económica que envilece. Como así también las definiciones o razonamientos simplistas que siempre tienden a favorecer a quienes pretenden silenciar, atomizar e ir contra el Movimiento Obrero negando su necesaria e incuestionable presencia en nuestra sociedad”, expresaban los fundadores de la ANUSATE reunidos en Casa Nazareth el 10 de Diciembre de 1977.
Contexto y perspectivas
Ese comienzo fue marcado a fuego por la dictadura genocida. El día anterior al inicio del encuentro fundacional de ANUSATE, en ese mismo lugar, habían sido secuestrados la monja francesa Alice Domont y ocho familiares de desaparecidos.
El referente de la Seccional Rosario, Héctor Quagliaro recordó que un escritor uruguayo refugiado en la Casa Nazareth les había contado sobre el operativo del día anterior. “Nosotros no teníamos conciencia del momento que se vivía, deberíamos haber agarrado los bolsos, saltar los tapiales e irnos corriendo. Lo que contó nos impactó, pero decidimos, quizás con mucha inconsciencia, no hacer público eso entre los compañeros y quedarnos, para no frustrar el esfuerzo que nos había costado esa convocatoria y poder reunir esa cantidad de compañeros. Ese acto temerario fue quizás el nacimiento orgánico de nuestra Agrupación, acto que asumimos no tanto por valentía, sino por ser fieles a nuestro compromiso y poder así avanzar en el objetivo de recuperar nuestro gremio para los trabajadores del Estado”, relató.
“Recuperar nuestra ATE para los trabajadores del Estado arrancándosela a los lacayos de la dictadura genocida”, asegura Víctor De Gennaro que era el objetivo central que se planteaban. La referencia es hacia Juan Horvath, quien estuvo al frente del sindicato durante la dictadura.
Al respecto, Quagliaro recordaba que “la idea de crear nuestra Agrupación se inscribe en los hechos políticos y sindicales, en particular sobre la experiencia del golpe del '55, que lo primero que hizo fue intervenir y encarcelar a todos los dirigentes gremiales. La imaginación y el compromiso militante generó la creación de agrupaciones que no sólo seguían luchando, defendiendo las medidas y leyes que favorecían a los trabajadores, sino que se convierten en organismos que facilitarán la recuperación de todas las estructuras gremiales que la reacción quería hacer desaparecer”.
Consolidada como expresión mayoritaria de las y los trabajadores del Estado hasta el día de hoy, la ANUSATE tiene gran historia y desafíos. La Seccional Rosario tuvo la suerte de tener en sus filas y dirección a grandes como Jorge Acedo, Quagliaro, Peyrano, el Negro ‘Mario’ Aguirre. Su impronta hacia las bases marcó un recorrido de consolidación de la asamblea como espacio fundamental de construcción y resolución, la defensa de los derechos como valor irrenunciable y la presencia en la calle como acción indiscutible para construir poder hacia dentro y fuera del sindicato.
“Las trabajadoras y trabajadores no tenemos beneficios, tenemos derechos y los hemos conquistado a través de la lucha. La única respuesta que conocemos es la respuesta colectiva para resolver nuestros problemas. En lo que se viene hay que fortalecer y consolidar esos planteos fundacionales, en un momento histórico donde hay que atender y abrir cauce también a nuevos protagonismos que tienen nuevas lógicas: el de las mujeres y de la juventud”, expresó la Secretaria General de ATE Rosario y referente local de ANUSATE, Lorena Almirón.
Equipo de Comunicación ATE Rosario