A 50 años, reivindicamos la gesta popular de los Rosariazos
En septiembre se cumplen 50 años del segundo Rosariazo, una gesta popular que la seccional local de ATE recuerda y reivindica. Levantamos las banderas de esas protestas que tuvieron a nuestro sindicato como protagonista, a través de la figura del compañero y dirigente Héctor Quagliaro.
ATE Rosario se suma al recuerdo de los 50 años de los Rosariazos, el primero del mes de mayo y el segundo en septiembre, reivindicando aquellas jornadas de 1969 cuando nuestra ciudad se sumó a las masivas protestas que se dieron en Córdoba, Corrientes, Neuquén, Tucumán, todos reconocidos azos de resistencia del pueblo contra la dictadura del General Juan Carlos Onganía.
Hoy, 50 años después, intentan en democracia cercenar los derechos de nuestra sociedad nuevamente. Por eso no puede faltar en nuestra memoria el recuerdo de esta gesta masiva de nuestro pueblo, que tuvo como estandarte la unidad obrero-estudiantil, con un protagonismo elocuente de la CGT de los Argentinos, con dirigentes que al presente siguen honrando a nuestra clase: Raimundo Ongaro, Agustín Tosco, Hector Quagliaro y tantos y tantas que pusieron el cuerpo contra la lacerante dictadura militar de entonces.
Para la Seccional Rosario de ATE es imposible no subrayar, en ese marco, la figura de Quagliaro como compañero y dirigente. Estamos hablando del conductor de los rosariazos, quien le dio conciencia política a los jóvenes de ATE de los años 70. Se trata, como supo definirlo Cacho Mengarelli, de “un prócer del movimiento obrero, un dirigente que convencía con su humildad, gobernaba con su ejemplo”.
La CGT de los Argentinos
Durante los días 26 al 28 de marzo del año '68, en el congreso normalizador de la CGT “Amado Olmos” se constituyó la CGT de los Argentinos. Allí confluyeron distintos sectores del activismo sindical con una clara concepción clasista, bajo las consignas “"Más vale honra sin sindicatos que sindicatos sin honra" y "Unirse desde abajo y organizarse combatiendo". De esa manera, marcaron claras diferencias con el sindicalismo colaboracionista que había participado del movimiento encabezado por el dictador Juan Carlos Onganía, que destituyó a Arturo Illia en junio del año 1966.
A semanas de un hecho de tanta trascendencia histórica, un sector del movimiento obrero de Rosario y del Cordón Industrial lanzó una convocatoria titulada “Por una CGT sin compromisos o ataduras espurias” en donde se afirmaba: “Asumimos la responsabilidad que el momento nos exige, UNIR en torno a esta Regional de la CGT, a todos los que, sin compromisos o ataduras espurias, entendemos que a los trabajadores se los arma de fe y de ansias de lucha, con posiciones claras, que no dividen, sino que unifican y sirven para hacer surgir dirigentes leales a las ideas e intereses del pueblo trabajador”.
Posteriormente, el 17 de abril en un plenario de 27 gremios se conformó la CGT de los Argentinos Regional Rosario, que aprobó lo resuelto en el congreso normalizador, y designó como su Secretario General a Quagliaro.
Resulta insoslayable recordar el protagonismo de esa organización en su enfrentamiento al Onganiato, impulsando verdaderas gestas de resistencia popular a la tiranía militar que se expresaron en las históricas jornadas del Rosariazo, en el marco de la lucha que el pueblo argentino llevó adelante a favor de las libertades democrática y que culminaron con la renuncia de Onganía.
Sin lugar a dudas, Héctor Quagliaro, junto a innumerables luchadores sociales, protagonizó una de las etapas más ricas de la historia del movimiento popular en argentina, que tuvo como referentes a Agustín Tosco, Rodolfo Walsh, Raimundo Ongaro, entre otros, que contribuyeron decididamente a la construcción de una sociedad edificada sobre la ética de la igualdad, la solidaridad y la conciencia de clase.
* Equipo de Comunicación ATE Rosario