Abrazo a la Escuela Nº 251: cuando la presencialidad es una bomba de tiempo
En reclamo por una escuela digna y segura, ATE Rosario convocó a una actividad de denuncia por la grave situación del establecimiento de Empalme Graneros. El mismo carece de servicios esenciales como gas, agua, luz y espacios para brindar el derecho a la educación en pandemia.
Las imágenes hablan por sí mismas. Ninguna persona debería aprender, enseñar ni realizar otras tareas en esas condiciones. Baños sin agua, sin desagües, sin cañerías. Salones sin luz y vandalizados, con ventanas tapialadas. Un tinglado donde funcionan 5 y 6 burbujas. En pandemia, los riesgos crecen exponencialmente y está a la vista que el establecimiento no tiene condiciones para funcionar desde ningún ángulo, más que el de la voluntad de la comunidad educativa.
Como suele suceder, ni bien la organización colectiva entre ATE Rosario, Amsafe Rosario y las familias se expresó en las calles del noroeste rosarino, apareció el camión de la Empresa Provincial de la Energía. Uno de los servicios que no funciona en ese espacio donde hay más de 700 alumnos entre las dos escuelas (la Nº251 y la Técnica 660). Por eso, en asamblea, los gremios junto a las mamás y papás de las y los alumnos definieron realizar una clase pública frente al Ministerio de Educación la semana próxima.
“No es que no se quiera dar clases, sino que la escuela no está en condiciones. No tenemos luz, no tenemos agua, tampoco hay gas, los desagües estamos en reclamo desde 2018, cuando llueve es impresionante cómo nos inundamos. Cada aula no está en condiciones porque no tiene la ventilación cruzada necesaria, los espacios al aire libre tampoco dan como para que se puedan armar las suficientes burbujas y los baños de los chicos no están en condiciones tampoco, estamos usando dos baños que son para los profesores ”, relata Elsa Abip, portera del establecimiento e integrante de la Comisión Directiva de ATE Rosario.
Actualmente se dictan clases a 18 burbujas de 12 alumnes cada una.Es decir que 216 niñes y jóvenes, más el personal docente y asistentes escolares que acuden a la escuela día a día, lo sin siquiera agua para higienizarse correctamente. La presencialidad se vuelve entonces una bomba de tiempo en algunas zonas populares de Rosario.
Indignación
“Realmente la situación de la escuela es lamentable, es imposible. Quiero destacar que hoy están dando clases, si uno entra en la galería que están todas las burbujas porque es imposible dar clase en los salones. Vamos a decir que lo básico es tener agua, agua potable, para que los chicos se higienicen. No hay bebederos. Acá están poniendo el cuerpo tanto los directivos, los docentes, asistentes escolares, todos están colaborando para que hoy la escuela esté dando clases, pero si no hay seguridad no hay presencialidad que se pueda sostener ”, manifiesta indignada la Secretaria General de ATE Rosario, Lorena Almirón.
La dirigenta afirma que desde ATE Rosario, junto con la comunidad educativa de la Escuela 251 y 660, vienen bregando porque cada falencia se resuelva inmediatamente. Y reclamó la presencia de las autoridades.
“Hoy sobre todo hay que destacar que la escuela está abierta por el esfuerzo y por el compromiso de los trabajadores con la comunidad, con esta comunidad que es de las que más las herramientas para que este sea un país más igualitario y con oportunidades para todos ”, Dice el bibliotecario Carlos Ortiz.
Y analiza: “el gobierno tomó la decisión de abrir las escuelas, sin considerar las condiciones edilicias en las que están. Qué mensajes crees que da el gobierno cuando tiene escuelas donde no hay luz, no hay agua, no hay gas y escuelas que si lo tienen y pueden encarar las burbujas con normalidad ”.
De cara al Ministerio de Educación y el Gobernador Perotti, lanza el siguiente mensaje: “que se haga presente en los barrios. Estamos en un barrio donde está todo bastante precarizado, donde la comunidad está pasando por momentos difíciles, sobre todo en esta pandemia que nos ha arrasado a todos. Entonces, ya que nosotros los trabajadores le estamos poniendo el cuerpo y hacemos el esfuerzo necesario como para que las puertas de la escuela estén hoy abiertas, que por lo menos nos ayuden a tener mínimamente las condiciones necesarias para que los chicos puedan tener su baño, puedan tener su leche caliente, o su té caliente, porque para eso necesitamos el gas. Para que los chicos puedan tener una educación igualitaria que les pueda dar oportunidades como tal vez tengan chicos en otras escuelas ”.
Hacer memoria, siempre vale la pena cuando de garantizar derechos se trata. “La verdad que ya habíamos tenido que venir, porque hace unos años atrás hecho una obra con salones, aulas móviles, muy pequeños y realmente no pudieron entrar la cantidad de niños y niñas necesarios. Hoy está demostrado que si hubiesen hecho las cosas bien en ese momento, hoy no estaríamos en esta situación. Vinimos a apoyar a la comunidad y nuestras compañeras y compañeros. La respuesta que tiene que llegar inmediatamente ”, sentencia Almirón.
Equipo de Comunicación ATE Rosario