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El mito del Estado sobredimensionado

El incremento real del gasto público en el presupuesto Nacional no va hacia la Administración Pública, sino a las Fuerzas de Seguridad.



¿Es Argentina un Estado sobredimensionado?  Este mito que muchísimos medios de comunicación se encargan de propagar entre los sectores sociales de nuestro país tiene sin embargo un muro de contención: no existe ningún estudio que avale esta teoría.
Los informes  más recientes que se han elaborado sobre el tema indican que la Argentina tiene  un área estatal dentro de los parámetros que otros países, e incluso menor de aquellos con quiénes se pretende comparar.
Según publicara un par de años atrás Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) en la Argentina el empleo público representa al 18% de los trabajadores, mientras que países como  Francia esta proporción llega al 22%, en Canadá al 20% y en Reino Unido al 19%.(1)  
También entran en la comparación los países nórdicos, ampliamente reconocidos  por el funcionamiento de su Estado donde Dinamarca y Noruega encabezan la tasa de trabajadores estatales con el 35% promedio y Finlandia detrás con el 29%.
En el país paladín del capitalismo, Estados Unidos, este porcentaje trepa a casi el 16%,  es pedir poco menos que en nuestro país y por contrapartida  no hay quejas de su población en cuanto a este porcentaje.
Y aún nos queda cotejar el promedio de ese enclave de países ricos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), a la que el presidente, Mauricio Macri, le ha puesto muchas fichas para su ingreso, y  que alcanza un promedio de 20% de trabajadores estatales (2).

Números de trabajadores del Estado
Para desterrar el mito del Estado sobredimensionado, hay que desmenuzar como es la composición de esta planta estatal. Como primera medida hay que explicar bien cuando se habla de trabajadores del Estado.  A cargo del Poder Ejecutivo Nacional están aquellos que son incluidos dentro del Presupuesto Nacional, esto es de administración central, organismos descentralizados, Fuerzas Armadas y de Seguridad, Universidades, Poder Judicial, Poder Legislativo, y empresas pertenecientes al Estado Nacional.
Hecha la aclaración debajo se describen en miles la cantidad de trabajadores en cada área:
PEN, administración central y descentralizada: 208.000
Fuerzas de Seguridad y FFAA: 212.000
Universidades: 183.000
Poder Judicial: 32.000
Poder Legislativo: 15.000
En empresas del Estado: 120.000
Total de trabajadores a cargo del presupuesto del PEN: 770.000 (3)
Más allá de la opinión de Macri y sus propaladores no existen informes reales que cuestionen la cantidad de trabajadores que dependen del estado. Más bien hay un consenso unánime de que lo importante está en las funciones que brinda el estado; y Argentina respecto a muchos países, sobre todo con los latinoamericanos (en promedio un 12% de su fuerza laboral cumple funciones en el Estado), con quiénes los detractores nos quieren comparar, atiende necesidades que otros no ofrecen.
De hecho nuestro país como pocos en la región y en el mundo ofrece Salud y educación gratuita, áreas también que tienen una alta incidencia dentro del personal estatal.
Si como cuestiona el ministro de Modernización, Andrés Ibarra,  el Estado fue sobredimensionado durante el Kirchnerismo, hay que decir que Macri durante sus 8 años como Jefe de Gobierno de la CABA ha tenido porcentajes de trabajadores estatales en la  ciudad equiparabables (y sigue estándolo con su sucesor,  Horacio Rodríguez Larreta) a los parámetros de Nación.    
Claramente el gobierno y muchos medios mienten cuando señalan que es necesario achicar el Estado y vuelven a mentirnos cuando encubren que detrás de esta movida está el interés por re direccionar la planta del Estado de áreas de atención hacia áreas que dependen de las fuerzas de Seguridad.

El PEN y las Fuerzas Armadas y de Seguridad
Así como el Estado mantiene su promedio de trabajadores (entre el 17 y 18%), en los últimos años viene creciendo el presupuesto y el personal destinado para las fuerzas de Seguridad.
A la salida de la crisis del 2001 las áreas administrativas del PEN superaban en personal al de Fuerzas Armadas y de Seguridad. Desde entonces el promedio trabajadores del PEN se mantuvo estable y las fuerzas de seguridad crecieron en cantidad de efectivos hasta este presentes que lo ubica en alrededor de 212.000 contra los 208.000 del PEN.
Pero en el crecimiento del área de Defensa hay que hacer una salvedad: mientras la cantidad de uniformados correspondientes a Ejército, marina y Fuerza Aérea tuvieron una curva descendiente, la correspondiente a fuerzas de Seguridad subió en forma más acelerada su cantidad de efectivos.
Según los datos que el IDEP pudo establecer a través del Presupuesto Nacional, Gendarmería paso de tener el en 2010 una fuerza de 28.383 uniformados a 38.555 (+36%) en el 2016 (siendo mayor la tasa de crecimiento hasta el 2015), y duplicando el número de efectivos al año 2003.
En estos mismos períodos Prefectura pasó de 17.893 a 23.179 agentes (+30%); la Policía de Seguridad Aeroportuaria de 3.110 a 4.954 (+59%); y la Policía Federal  41.626 a 48.575 (+17%), aunque aquí hay que aclarar que con el traspaso de parte de esta fuerza a la jurisdicción de la CABA hoy la fuerza a cargo del estrado nacional consta de 32.000 uniformados.
En estos mismos períodos los cargos en la administración pública Nacional subieron en promedio un 20%, o sea que salvo la Policía Federal Argentina, que sube un 17%, el resto de las fuerzas de Seguridad superan holgadamente en número al área administrativa (4)   

Control a los sectores populares
Luego del achique del estado y el cambio impuesto por Menem en los ’90, la pobreza en nuestro país quedó casi clavada en el 30% de la población. Ni las políticas liberables de Menem y De la Rúa, que desembocaron en la crisis del 2001, ni las más proactivas estatales que se impulsaron desde el kirchnerismo, ni las del regreso al liberalismo de Macri, han logrado hasta ahora perforar la marca de este 30% de pobreza.
La pobreza dura (atravesada por dificultades laborales, salariales, sanitarias y de accesibilidad a las oportunidades) quedó instalada principalmente en el conurbano bonaerense, el cordón sur de la Capital Federal, el Gran Rosario y el Gran Córdoba.
Sin una verdadera respuesta social para combatir esta pobreza, para controlar el descontento de los sectores populares los gobiernos siguientes han recurrido a la reasignación de las fuerzas de seguridad desde áreas puntuales (Gendarmería en las fronteras y Prefectura en los ríos, por ejemplo) a puntos de estos conglomerados poblacionales.
Cierto sentido de esta militarización se ve en el Gran Buenos Aires y la Capital Federal con la presencia de más efectivos, más vehículos de fuerzas de seguridad, cámaras en casi todos los espacios céntricos, centros de monitoreo en municipios, etc. (5)
En el año 2005 por decisión del gobierno Nacional se crea la Policía de Seguridad Aeroportuaria,  que se encarga del control de todos los aeropuertos del país. Una manera de alinear al país con actos de violencia que se registraba en otras partes del mundo pero también para control interno contra la agitación social por parte de extranjeros.
Ya para el año 2010 (año inmediatamente anterior a la creación del Ministerio de Seguridad) comienza a incrementarse el presupuesto destinado para las Fuerzas de Seguridad: En bienes de uso, es decir gasto de equipamiento (ejemplo armas o vehículos) desde ese 2010 hasta el 2016 en la Policía Federal sube un 570%, en Gendarmería nacional un 700%, en Prefectura Naval un 1.449% y en la Policía de Seguridad Aeroportuaria un 141%. Contrariamente en la Administración Nacional la suba es de 274%, y teniendo en cuenta que entre los años determinados la inflación trepa al 516%. Es decir que mientras la Administración Nacional fue descapitalizada el resto de las fuerzas de Seguridad (salvo la PSA) reciben importantes incrementos de sus partidas (6).
En pleno navidad del 2012, la ex presidenta Cristina Kirchner envía gendarmes a las ciudades Bariloche y Rosario, para controlar los saqueos que se producen a cadenas de supermercados. En el Gran Buenos Aires ya estaba instalada la Gendarmería por esos mismos motivos.  En el 2013 en el marco del Plan de Seguridad Federal otros 4.000 gendarmes son enviados a las calles del conurbano para hacer frente a la crisis (7)
En el año 2007 César Milani, fue puesto al frente de la Subdirección de Inteligencia del Estado Mayor del Ejército. En su meteórico ascenso hasta la jefatura del Ejército Milani fue acusado de montar un centro de inteligencia paralelo. En ese camino trazado como hombre fuerte de la Inteligencia el presupuesto del sector aumento durante el gobierno de Cristina Kirchner más del 400%. (8)  
A esta militarización gubernamental contra la protesta de los sectores populares hay que agregarle las policías locales creadas a nivel municipal en la provincia de Buenos Aires y la policía de la Ciudad de Buenos Aires. Según el censo 2010 en la Capital Federal vivían   2.891.082 personas, por lo que en el distrito del entonces Jefe de Gobierno Mauricio Macri, habían 933 policías cada 100 mil habitantes, es decir un uniformado cada 107 vecinos, cuando  la Organización de las Naciones Unidas recomendaba 2,8 efectivos por cada 1.000 habitantes. Una verdadera ciudad militarizada.
También hay que decir que desde la llegada de Macri al poder el presupuesto total  para las Fuerzas de Seguridad se ha incrementado mucho más aceleradamente. El aumento del 400% del presupuesto al área que a Cristina Kircher le llevó elevarlo en 8 años, fue más que superado por Mauricio Macri que en sólo 2 años de gobierno lo incrementó en un 476% (9), gran parte del mismo para reequipar a Gendarmería y las demás fuerzas de Seguridad Interior.  El ex ministro de Defensa durante el kirchnerismo, Arturo Puriccelli, avalaba estos datos con la información de que desde el año 2004 Gendarmería había duplicado la dotación de uniformados. (10)
El ejemplo de Gendarmería
Corriendo a la Policía Federal, Gendarmería es la fuerza de seguridad más numerosa de las antes mencionadas. La primera operación de Gendarmería fuera del ámbito de frontera se produjo en el 2003 cuando el entonces ministro de Justicia, Gustavo Béliz, mandó a la fuerza a intervenir en un conflicto del Barrio Fuerte Apache. Desde entonces se hizo común que comenzara a patrullar distritos del conurbano bonaerense y zonas del Gran Rosario.
Con el tiempo esos 300 gendarmes que inicialmente fueron enviados a cubrir un conflicto puntual pasaron a ser más de 6.000 agentes de seguridad cubriendo el primer cordón lindante a la Capital Federal, que de este lado apostó agentes de la Prefectura.  
Estas crecientes políticas siguen firmes con el Gobierno de Macri. Recientemente anunció una importante suba presupuestaria para este sector.
El anuncio de combatir el delito es más que la expresión “retórica” que se da desde el Poder para justificar la militarización de los grandes conglomerados urbanos.
No es casual que ni bien asumiera, Macri hizo algo más que una redistribución de Gendarmería en el conurbano. Dejó atrás la política de su antecesor de enviar Gendarmería a las ciudades más pobladas para reubicarlos en ciudades donde el mapa del delito marcaba más caliente.
Para la “retorica” de Macri disociar pobreza de delito tiene un sustancial beneficio y es que la gente no asocie que estos hechos están íntimanente ligados a los cambios socio económicos que se fueron dando desde los años  ’90.
En cierto modo para el gobierno saturar de policías y fuerzas de seguridad  zonas densamente pobladas, y donde la pobreza es una fuente de reclamo y de desazón porque se los mantiene al margen de los beneficios sociales, implica combatir de primera mano el foco del conflicto. O sea al descontento popular se lo aplaca con la fuerza de la represión.
Fin de un mito
Al menos 4 cosas quedan demostradas:  
- La Argentina no es un país donde el empleo estatal esté sobredimensionado.  Su porcentaje fluctúa dentro de los países llamados del primer mundo e incluso la OCDE, donde el presidente Mauricio Macri busca reflejarse.
- Sí supera en porcentaje a la casi totalidad de países latinoamericanos (el otro gran contraste que utiliza para demonizar la administración Macri) pero esto está dado fundamentalmente a partir de mejores servicios básicos que se brindan a nuestra población , tales como Salud o la Educación, como la presencia masiva de estudiantes latinoamericanos lo grafican.  
- Que contrariamente a lo que se opina, el mayor crecimiento del personal dentro del Estado se da en las Fuerzas de Seguridad con indicadores que muestran que, desde la crisis del 2001, casi han duplicado el número total de personal de estas fuerzas.
- Que la operatoria de las fuerzas de Seguridad han pasado desde sus destinos originales a ocupar la geografía de los grandes conglomerados, hecho que al menos se registra con firmeza desde los os últimos 10 años.

Informe:  Alejandro Asis
Colaboraciones: Horacio Fernández y Mariana Rivolta- IDEP-  

FUENTES
 (1) y (2) CIPPEC
(3); (4); (6) IDEP
(5) Página 12 (día 26-08-2012)
(7) Infobae (día 31-08-2013)
(8) Perfíl (día 08-02-2015)
(9)  Infobae (día 28-03-2017)
(10) Telam (día 29-07-2013)

Prensa ATE


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