Lifschitz debe reabrir la paritaria salarial
Se anticipa que, por vía de la devaluación, la inflación de septiembre habría sido de 7,7%. La cifra confirma una vez más la necesidad de reabrir la paritaria salarial en la provincia para recomponer los ingresos de los y las estatales. Nadie debería cobrar menos de $33.000.
Todavía no se conocieron los número oficiales, pero consultoras privadas ya estiman que la inflación de septiembre fue del 7,7%. Cifra que se sumará al acumulado de 25,7% que se contó en los primeros 8 meses de este año. De esta manera, los números de la economía real se alejan de la previsión del 15% que anunciaba el presupuesto 2018 y bajo cuya ala se cerraron como grandes logros aumentos del 16% en cuotas y con cláusula gatillo.
Esta última herramienta, el reajuste por inflación de los salarios, fue el toque de gracia para destrozar los ingresos de la clase trabajadora haciéndole creer que le empata a la inflación. Porque así, los aumentos salariales llegan a cuentagotas y con mucha demora respecto de los incrementos de precios: para cuando lo tenemos en el bolsillo, ya no vale lo mismo que dos meses atrás y no alcanza para pagar la comida de hoy.
Como si esto fuera poco, se anticipa también que la inflación total del año alcanzará el 48%, convirtiéndose en la más alta de este milenio. Es decir que no sólo estamos contando la pérdida de poder adquisitivo que han tenido nuestros salarios sino que también tenemos que prepararnos para un despojo aún mayor.
Nada de esto es nuevo para quienes vivimos de nuestro trabajo, que vemos cómo día a día nuestros ingresos se deprecian y nos queda cada vez más mes al final del salario. Quienes cotidianamente sostenemos con nuestro trabajo los derechos de toda la población, vivimos con salarios de miseria, que en muchos casos ni siquiera alcanzan a sobrepasar la línea de pobreza que establece el INDEC, y que desaparecen por la vía de la inflación, el ajuste y los tarifazos.
Además, en el actual contexto de ajuste brutal, se cierne sobre los trabajadores y las trabajadoras la amenaza del desempleo, en un momento en que los despidos, tanto en el Estado como en el sector privado, se cuentan de a miles. Así, se nos presiona con el temor a quedarnos sin trabajo para que no reclamemos los aumentos salariales que corresponden.
Sin embargo, desde ATE Rosario no vamos a permitir esa extorsión: queremos la reincorporación de los despedidos, el fin del ajuste y exigimos una recomposición de nuestros salarios y la urgente reapertura de la paritaria salarial. No puede haber más dilaciones en un marco de crisis en que amplias capas de estatales y sus familias viven en la pobreza y no llegan a fin de mes.
En este contexto, volvemos a poner sobre la mesa el estudio de la Junta Interna de ATE INDEC que se actualiza mes a mes y que estableció que, al 31 de agosto de 2018, el salario mínimo de bolsillo debería ascender a $33.131. Allí también se asegura que desde noviembre de 2015 a junio de 2018 el poder adquisitivo de los salarios se derrumbó un 20,3%. Claramente, este gobierno está transfiriendo ingresos de nuestros bolsillos a las arcas de los más poderosos.
Por esto le exigimos al gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, que convoque con urgencia la reapertura de la paritaria salarial, donde se recompongan nuestros salarios. Porque no se puede seguir ajustando sobre las espaldas de los trabajadores, jugando con sus necesidades y con el hambre del pueblo.
* ATE Rosario