Sentido homenaje para un luchador
Ángel Porcu fue un militante social y gremial que resistió dictaduras y militó en contra de las burocracias sindicales. Le tocó vivir momentos de auge y organización del movimiento obrero tanto como padecer represión, cárcel y exilio. Los últimos años de su vida militó en ATE Rosario y uno de sus compañeros de trabajo en la antigua Cocina Centralizada, Gustavo Martínez, lo recordó en una emotiva charla con delegados, militantes y público en general. La charla contó con la participación de familiares del histórico militante.
“Esto que hoy se presenta formalmente es una partecita y quizá un capricho de Don Ángel Porcu, del Gringo Porcu”, arrancó diciendo Martínez, Secretario General de CTA Autónoma de la provincia de Santa Fe. “Evidentemente el Gringo Porcu no entra en un libro y estaba consciente de eso porque no escribió sobre él mismo sino sobre algunos hechos que sucedieron y que a él lo marcaron a fuego”, sostuvo el dirigente.
Dos libros sobre la mesa representan la excusa para hablar de Ángel Porcu. Uno, “Como influyó en mi conciencia el Villazo” y otro llamado “Mi nombre es Ángel Porcu”, que repasa su vida desde que nació en Italia. “Fue uno de los mejores ejemplos a la hora de recordar el protagonismo del movimiento obrero latinoamericano”, aseguró Martínez y evaluó que “si se recuerda el Villazo, uno de los principales hacedores, protagonistas, fue el compañero Porcu. Sus libros son el intento por dejar un registro y reforzar todo lo que hizo durante una gran parte de su vida”.
Se llamó “el Villazo” a la lucha histórica de trabajadores de Villa Constitución. A finales de 1975, unos 7 mil obreros organizados que habían ganado la conducción del sindicato metalúrgico declararon una huelga histórica que duró 60 días y tuvo el apoyo de todo el pueblo. Una historia que terminó con la represión, desaparición y encarcelamiento para muchos, como prolegómeno de la dictadura militar del '76.
Dos años de cárcel y el exilio a Italia le costó aquello a Ángel Porcu. Y desde allá desarrollaría su trabajo militante denunciando a la dictadura y buscando la solidaridad internacional para los presos políticos y exiliados.
ATE y la pelea en la Cocina Centralizada
“La historia de Ángel es la historia de la argentina reciente, de la Argentina que duele y va a doler en la medida que haya impunidad”, expresó Martínez.
Ángel Porcu, luego de una vuelta de muchos años, del exilio y la cárcel, regresó al país y comenzó a trabajar en la Cocina Centralizada. Allí conoció a compañeros como Claudio “Pocho” Lepratti y llevó adelante una lucha de resistencia contra los recortes presupuestarios y la desocupación. También peleó contra lo que fue el desmantelamiento de la Cocina Centralizada a principios del 2000, que tenía funcionando el gobierno provincial para asistir en alimentos a las escuelas de Rosario y la zona. Meses de lucha e incluso un acampe de más de un mes, llevaron adelante los trabajadores, en aquella disputa.
“Yo aprendí quién fue Ángel Porcu por el hecho de portar una bandera dentro de ATE y mirá la historia a dónde nos trajo”, consideró Sonia Cerezo, delegada Asistente Escolar de la ciudad de San Lorenzo. “En ATE surge la necesidad de reconocer a cada persona que lo merece. Se trata del respeto y poder permitirnos saber quién fue cada uno. Tenemos en los lugares de trabajo gente que nos cuenta estas historias, por haberlas vivido y protagonizado. Historias que hay que recuperar”.
