ATE Rosario - Asociación de Trabajadores del Estado Rosario
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Asociación Trabajadores del Estado

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Trabajo, remuneración justa y la violencia del desprecio

Compañerxs de la Junta Interna de ATE Indec dieron cierre a la formación política gremial 2022 de la Seccional Rosario. Compartieron conceptos fundamentales a la hora de pensarnos como trabajadores, reclamar cada derecho y abrieron debate sobre las dinámicas de violencia e invisibilización del Estado empleador hacia les trabajadores.



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La charla ‘Valor de la fuerza de trabajo y la lucha sindical’ fue la última de varias, que encabezaron la Secretaria General de ATE Rosario, Lorena Almirón, y su Adjunto, Fernando Peyrano. La realizada el lunes en la sede sindical contó con la presencia de Raúl Llaneza, Adriana Zajarevich y Mariano Fandiño Sassano, de la Junta Interna del organismo nacional de estadísticas y censos.

Estuvieron presentes compañeres de diversas áreas: IPEC, PAMI, INTI, Asistentes, Escolares, Salud, territorio y Juventud de la CTAA Rosario, Desarrollo Social, Sedronar y Fábrica Militar, entre otros. De esos sectores y experiencias se sumaron eufemismos de la precarización laboral que perpetra el propio Estado.

 

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El precio de la fuerza de trabajo

 

Trabajar en relación de dependencia es ni más ni menos que poner a disposición tiempo y una serie de saberes y tiempo de aprendizaje para desarrollar determinada tarea, a cambio de una suma de dinero, sueldo o salario. Más allá de la forma en que esa relación de dependencia se exponga, la relación siempre desigual entre quienes trabajan y quienes contratan, es ésa.

En ese sentido, la Junta Interna de ATE en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos viene desarrollando una insistente tarea mes a mes que es medir cuánto debe ser realmente un salario mínimo. Raúl Llaneza, quien es además es abogado especialista en derecho laboral,  recordó que Rosario fue sede de una de las primeras charlas donde se denunció la manipulación de las estadísticas del INDEC.

Ante aquella situación, se comenzó con el ejercicio mensual, que en noviembre de 2011 arrojó un salario básico de $5500, cuando ya superaba el salario mínimo oficial. Con la idea de formar opinión y tener herramientas para la lucha sindical, ese dato se fue actualizando, hasta llegar a octubre de 2022 con un mínimo que debió ubicarse en el orden de los $220.000.

“Se negocia en la mesa y en la lucha colectiva”, inició el referente del INDEC, para lo que consideró fundamental contar con datos propios. “Para comprar hoy lo mismo que en 2019, deberíamos partir de un salario que sea inmediatamente un 30% superior al que hoy se paga”, definió. Claro, eso hablando de poder de compra y no de cubrir las necesidades elementales, en un mundo laboral atravesado por la precariedad y los magros sueldos.

Desde que Cristina Fernández de Kirchner dejó la presidencia, la inflación fue del 1390% y los salarios claramente no se arrimaron a esa escalada. Por eso, apuntó “estamos en condiciones de pelear un salario digno” y, para eso, consideró fundamental la organización gremial. “Tomamos de insumo los datos oficiales del INDEC, que es nuestro trabajo y con eso salimos a discutir con la patronal. Es necesario que la política de nuestro gremio haga propio este dato en paritarias”, aseveró.

 

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Precarización como mecanismo

 

La charla fue con mucho intercambio y situaciones que realmente plantean la hostilidad de los escenarios de contratación para muchas personas que se desempeñan en el Estado. La precarización es, además de un mecanismo mundial de reducción de costos de las patronales –el Estado entre ellas-, una forma de violencia en múltiples sentidos. Porque la precariedad del empleo se refleja en políticas precarias y el desguace de áreas estratégicas cuyo funcionamiento desmoraliza a quienes en ellas se desempeñan.

“Hay compañeros en planta transitoria y monotributistas con 20 años de trabajo en INDEC”, contó Zarajevich. “Implica estar desprovistos de derechos laborales, ni aguinaldo, ni vacaciones pagas, ni días de estudio”, detalló. El escenario se repite en las gestiones municipales, provinciales y la nacional. ATE Rosario viene dando una larga pelea por el pase a planta.

De hecho en este 2022 y sólo para ejemplificar, hubo fuertes luchas por quienes están en traslados de muestras del SIES, totalmente expuestos en pandemia, algunas personas con veinte años de antigüedad. A nivel salud, los ‘contratos covid’ que pese a seguir sosteniendo el sistema están en la cuerda floja por caída de contratos. Y en el ámbito nacional, en Sedronar, donde hay trabajadores que cobran $50.000 y su sueldo sale de planes que en realidad deben percibir pacientes, en una vuelta insólita de sostenimiento totalmente inestable de un área tan sensible como la de consumos problemáticos.

 

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“Seguimos valiendo”

 

Hay sectores que producto de la mala administración gubernamental, tienen pocas tareas asignadas. Es sabido que tener a una persona en un lugar de trabajo con tareas reducidas o nulas, genera daño psicológico por desvalorización, por sensación de ‘desaparecer’ del sistema, por no poder desplegar y sumar conocimientos. Se trata sin dudas de una forma de violencia laboral.

En ese sentido, ligadas al despliegue de un ‘Estado bobo’, que cada vez privatiza más tareas que le son propias, aparecen como serpientes los discursos de los costos, de la cantidad de empleados, de que ‘son vagos’ y eso cala en un menosprecio tal que se pone en duda la existencia misma de la remuneración.

Sobre ese punto, Fandiño Sassano fue claro: “trabajar es poner a disposición la fuerza de trabajo. La remuneración se paga independientemente de cómo sea la figura del Estado proveedor (es decir, su eficiencia). La remuneración se paga completa más allá de la mala dirección, los malos resultados de gestión y la mala administración de tareas”. Porque claro, eso nada tiene que ver con quienes trabajan, sino con quienes dirigen la política pública. “La idea de que el Estado no funciona por culpa de los trabajadores, es un ataque a nuestros derechos”, denunció.

Yendo a las normativas, el especialista detalló que existe no sólo la Constitución Nacional sino tratados internacionales que protegen a les trabajadores. Y, viendo a la precarización como modo de reducción salarial y explotación, detalló los fallos que reconocen por ejemplo la relación de dependencia de los monotributistas. Tal es el caso del Fallo Ramos.

El corolario de la formación político sindical desplegada en los últimos meses de este año, dio el puntapié para seguir compartiendo espacios de debate y para darle continuidad a la batalla ideológica, política y gremial que se viene en un escenario que se avizora complejo para toda la clase trabajadora. “Los derechos se logran luchando, así que seguiremos ese camino”, concluyó el Secretario Adjunto de ATE Rosario, Fernando Peyrano.

Equipo de Comunicación ATE Rosario


Tags de noticia: Formación