Trelew: a 50 años de la masacre
El 22 de agosto de 1972, la dictadura encabezada por Alejandro Agustín Lanusse fusiló a 19 presos políticos en la Base Militar Almirante Zar, días después de una fuga frustrada del penal de máxima seguridad de Rawson. De la masacre hubo tres sobrevivientes que pudieron contar lo que paso. Por estos días, diferentes homenajes recuerdan aquellos hechos.
Los fusilados pertenecían a las agrupaciones ERP, FAR y Montoneros, todos eran presos políticos que se encontraban allí trasladados de distintos lugares del país. En ese momento, el penal se encontraban presos militantes sindicales, estudiantes y militantes de agrupaciones diversas. Todas ellas intentaban realizar un proyecto político distinto para terminar con la dictadura y reinstalar la democracia en el país.
En el plan original de la fuga, debía haber unos 120 evadidos del penal de máxima seguridad de Rawson, pero no pudieron concretarlo. Durante el escape, como primera medida después de copar el penal, se dispuso que salieran dos grupos con periodos de tiempo diferentes, uno de 6 y otro de 19, que logran evadirse y tomaron el aeropuerto de Trelew. La cárcel estaba custodiada por 70 guardias y una compañía de 120 hombres. Y en la base aeronaval, a 20 km, había dos batallones más, contabilizando un total de 1.200 soldados.
En el primer grupo durante el escape iban los dirigentes del ERP Mario Santucho, Domingo Menna y Enrique Gorriarán Merlo; de las FAR, Marcos Osatinsky y Roberto Quieto; y de Montoneros, Fernando Vaca Narvaja. Y en el aeropuerto los esperaba un avión de la empresa Austral que había sido previamente secuestrado en vuelo. El segundo grupo arriba cuando el avión carreteaba por la pista. Entonces, apertrechados en el aeropuerto, esos 19 militantes negociaron su rendición y por medio de una conferencia de prensa responsabilizaron a la dictadura por la suerte que corrieran sus vidas.
Finalmente se entregaron, en medio de un estado de sitio y un gran cordón de seguridad en las localidades donde está el penal y el aeropuerto. Inmediatamente serían trasladados hasta la Base Naval Almirante Zar. Y en la madrugada del 22 de agosto, los 19 detenidos que se encontraban en las barracas de la Base Naval, fueron sorpresivamente sacados de sus celdas y fusilados. Con graves heridas, sobrevivirían María Antonia Berger, Alberto Miguel Camps y Ricardo Haidar. Los tres serían secuestrados y desaparecidos años más tarde, también por las fuerzas represivas del Estado.
La Unidad Penal Número 6, de Rawson, se convirtió en una cárcel emblemática por la que pasaron miles de detenidos que esperaban años por una respuesta de la justicia para solucionar sus causas, muchas de ellas inventadas por la dictadura. Rubén Suarez, histórico militante, dirigente de la CTA autónoma, y protagonista de aquellos hechos, siempre puntualizó el apoyo con que fueron recibidos los presos por el pueblo de Trelew, la conformación de una Comisión de Solidaridad y espíritu de grupo que fue formado dentro del Penal mismo.
Aquellos grupos diversos pudieron comprender y respetar la unidad para no dañar el objetivo principal, que era la libertad de los presos, “de esa forma se fue conformando un espíritu de cuerpo, en la confianza en el compañero, reforzando el entusiasmo en que era posible, con la calidad y calidez reinante, alcanzar la libertad”. Además, aclaraba un detalle sobre el escape “el mayor porcentaje de nuestro arsenal estaba compuesto de una pistola hecha con masapán y pintada con el ollín de las estufas de la cárcel”.
La fuga y posterior masacre generaron una profunda crisis en la ya deteriorada dictadura de Lanusse que debió asumir la decisión del crimen. En un primer momento los asesinos declararon que aquellos fusilamientos se habían producido ante un fallido intento de nueva fuga. La realidad fue que los militares entraron a las celdas y dispararon a mansalva contra los detenidos y tuvieron la intensión de no rendir cuentas por sus crímenes. Algo que sería instalado como metodología sistemática para luchar por fuera de la ley, contra las organizaciones del pueblo.
Este año y entre otros homenajes, en el Espacio Memoria de la exEsma el próximo lunes 22, se realizará un acto convocado por un amplio arco de organizaciones en el que hablarán Fernando Vaca Navaja (sobreviviente), Raquel Camps y Hugo "Cachorro" Godoy, Secretario General de ATE y ex preso político.
Hoy nos encontramos ante aquella historia y algunas heridas siguen abiertas en la memoria de los argentinos. Por primera vez todos los responsables tienen algún tipo de condena y los organismos de Derechos Humanos, las madres y los familiares de los detenidos, vuelven a repetir lo que han dicho siempre: que hay que seguir luchando por la Memoria, la Verdad y la Justicia legal.
Los fusilados en Trelew
Alejandro Ulla (PRT-ERP)
Alfredo Kohon (FAR)
Ana María Villarreal de Santucho (PRT-ERP)
Carlos Alberto del Rey (PRT-ERP)
Carlos Astudillo (FAR)
Clarisa Lea Place (PRT-ERP)
Eduardo Capello (PRT-ERP)
Humberto Suárez (PRT-ERP)
Humberto Toschi (PRT-ERP)
José Ricardo Mena (PRT-ERP)
María Angélica Sabelli (FAR)
Mariano Pujadas (Montoneros)
Mario Emilio Delfino (PRT-ERP)
Miguel Ángel Polti (PRT-ERP)
Rubén Pedro Bonnet (PRT-ERP)
Susana Lesgart (Montoneros)
Los heridos, que lograron sobrevivir a la masacre y que dieron testimonio de los hechos, fueron luego asesinados durante el gobierno militar autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983):
Alberto Miguel Camps (FAR - Muerto en 1977)
María Antonia Berger (FAR - Desaparecida en 1979)
Ricardo René Haidar (Montoneros - Desaparecido en 1982)
¡Todos ellos están presentes!
Fuentes:
Leónidas Noni Ceruti, “Clase contra Clase. Argentina entre 1952-1976. El quinto relato”, 2019
Equipo de Comunicación ATE Rosario
