Infancias en riesgo: el refuerzo para comedores escolares no se negocia
ATE Rosario presenta un informe sobre la grave situación de quienes comen en las escuelas. El aporte en concepto de ‘refuerzo nutricional’ que envía Nación no solamente se mantiene simbólicamente congelado -aumentó cinco pesos en seis meses por ración-, si no que actualmente no se está enviando. Se exigen medidas inmediatas para frenar el deterioro alimentario.
Los recursos siempre escasos, la pobreza creciente y la respuesta en pandemia que empeoró el panorama: elementos de un combo que pone en la palestra la inseguridad alimentaria de cientos de miles de niños, niñas y jóvenes que acuden a comedores escolares y copas de leche. El sindicato estatal expone datos contundentes y exige aumentar urgentemente las partidas, rediseñar los programas de alimentación escolar para mejorar el desarrollo nutricional, humano, social y económico, plantear un protocolo para épocas de crisis, entre otros puntos nodales.
Dónde estamos
Actualmente, en promedio, se destina a nivel provincial por chico $344,44 para la ración del comedor y $143,45 para la copa de leche. Por ley, se actualizan los montos tres veces al año. Según fuentes ministeriales para febrero-marzo se espera una erogación presupuestaria de 2.800 millones de pesos para el sector donde, reconocen, los costos superan los recursos.
Las inversiones para sostener y, en el mejor de los casos, mejorar los servicios alimentarios en comedores escolares de gestión estatal tienen en sus principios asegurar el derecho a una alimentación adecuada y saludable, que considere las pautas y costumbres regionales.
Pero el aporte en concepto de ‘refuerzo nutricional’ que envía Nación no solamente se mantiene simbólicamente congelado, pues aumentó cinco pesos en seis meses, si no que actualmente no se está enviando. Es decir, se frenó el financiamiento nacional que sólo significa $13.903.520 para las arcas estatales y se destina a atender necesidades elementales de nuestros pibes y pibas.
La última partida nacional se percibió el 7 de diciembre de 2023, con un importe de $30.76 correspondiente a copa de leche. Un punto a destacar es que ese refuerzo originalmente también era para comedores, pero se sostuvo sólo el de la copa.
Teniendo en cuenta el antecedente de quita de financiamiento nacional a comedores comunitarios, planteamos el estado de alerta y de alarma social: el hambre es un crimen, tiene responsables y nuestrxs pibxs son las víctimas más vulnerables.
Degradación sostenida
La pandemia interrumpió la educación presencial de 165 millones de estudiantes en América Latina y el Caribe. El cierre prolongado de las escuelas afectó drásticamente a quienes recibían su único plato de comida diario en la escuela. Fueron dos años donde la alimentación de millones de niños y niñas sufrió un deterioro feroz y cuesta hablar al respecto.
No solamente se privó a miles de pibes y pibas de su ración diaria. También quedaron en suspenso las intervenciones en materia de salud y nutrición, lo que sin lugar a dudas repercutió en el rendimiento en las aulas. Esto es parte de los aspectos económicos y sociales que contribuyeron a la crisis educativa, de la mano de una pobreza estructural que perdura hace décadas.
Ahora que las escuelas han abierto, necesitamos profundizar enfoques integrados de apoyo para mejorar la calidad de vida de nuestros alumnxs. En medio de una crisis social de magnitudes, las escuelas tendrán un rol fundamental.
En la Argentina, alrededor de 2.000.000 de niñxs reciben la ración de comedor. Y más de 3.000.000 reciben la copa de leche. Uno de cada cuatro alumnos/as asiste al comedor escolar (datos del 2022).
La provincia de Santa Fe, una de las más ricas del país, se encuentra entre las que más matricula asiste a los comedores. Hay unas 5.000 escuelas, de las cuales 2.186 ofrecen copa de leche y 859 cumplen también la función de comedor. Así, casi medio millón de estudiantes recibe copa de leche y alrededor de 200.000 comen en las escuelas. Este último dato habla de la desigualdad: cientos de miles de pibes en una provincia rica necesitan comer en el ámbito educativo.
Y, de la pandemia, no salimos mejores. Durante el aislamiento social, Santa Fe pasó de entregar raciones calientes repartidas en viandas, a bolsones en los que faltó de todo. A partir de la circular Nº 11, emitida el 21/04/21, el Ministerio de Educación recomendó el armado de módulos de entrega quincenales, es decir dos bolsones por mes, por familia.
El total de raciones provinciales equivalían a 176.000 y, de copa de leche, 450.000. Estas raciones correspondían a 120.000 familias. Es decir que, por mes en toda la provincia, se entregaron alrededor de 240.000 bolsones con 12 productos, con un valor de 1300 pesos bajo programa ‘precios cuidados’. Según fuentes ministeriales el bolsón se elaboró con el aporte de nutricionistas.
Desde ATE Rosario reclamamos entonces por la metodología y dinámica de reparto. Planteamos la incorporación de frutas, verduras y carnes para equilibrar la dieta. Además, se destacó la falta de contemplación de dietas especiales (celiacos, diabéticos, intolerantes a la lactosa). Ante nuestro reclamo de incorporar verduras y en relación a la carne, nos respondieron que las familias recibían un monto en la tarjeta alimentar. Pero sólo 3000 personas accedieron al beneficio en Rosario y se trataba de familias con niñeces menores de 6 años.
El aumento de la pobreza en personas con empleo y sin empleo, impacta de lleno en comedores escolares y copas de leche. De la mano de la inflación que trepó al 254,2% interanual con fuerte impacto el último trimestre, el aumento indiscriminado de precios y los retrasos del pago de las partidas, el esquema de costos actual es absolutamente imposible de sostener.
Ante la situación, ATE Rosario exige:
- Mejora inmediata de las partidas para comedores y copas de leche
- Refuerzo nutricional tanto para comedores como copas de leche, con aumento de las partidas YA
- Que se respeten todos los envíos de partidas. El ‘parpadeo’ en el financiamiento impone inseguridad alimentaria y deficiencias nutricionales a largo plazo en las infancias y juventudes. Su efecto puede ser irreparable.
- Durante enero aumentaron los comensales y la matricula se incrementará por la crisis: ¡no podemos dejar que nuestros pibxs se mueran de hambre o se mal nutran!
- Rediseño de los programas de alimentación escolar para mejorar el desarrollo nutricional, humano, social y económico.
- Menús en relación a las costumbres por regiones y optimizar costos con productos de la zona. Contemplar alianzas y oportunidades que se presentan en cada región.
- Desarrollar compras comunitarias para abaratar costos.
- Fomentar las huertas dentro de las escuelas donde se pueda.
- Cimentar un protocolo para abordar los programas alimentarios en épocas de crisis.
- Utilizar los enfoques interculturales en la alimentación escolar.
- Dotar del personal, los recursos y los cargos necesarios a los establecimientos educativos.
ATE Seccional Rosario