"Organizarse para luchar y luchar para vencer"
Ayer por la tarde, el Concejo Municipal de Rosario declaró Ciudadana Distinguida a María Felisa Lemos. La médica epidemióloga trabajó durante muchos años en la salud pública argentina, demás de participar en la revolución sandinista en Nicaragua que triunfó en 1979.
El Concejo Municipal de Rosario se vistió de revolución ayer por la tarde. Fue para declarar Ciudadana Distinguida a María Felisa Lemos, médica epidemióloga, combatiente revolucionaria y luchadora incansable por los derechos del pueblo.
El proyecto para el homenaje fue de la Concejala Celeste Lepratti (FSP) y apoyado por varios bloques, encontrándose presentes en el acto las concejalas Fernanda Gigliani (IP) y Norma López (FPV), entre otras.
Para celebrar la vida de esta gran revolucionaria, que ya pasó los 80 años, estuvieron presentes referentes de organizaciones sociales, de derechos humanos y políticas de la ciudad. Participaron también integrantes de la Comisión Administrativa de ATE Rosario: el Secretario General, Raúl Daz; la Adjunta, Lorena Almirón; Viviana Figueroa, Secretaria Gremial; y Liliana Leyes, Secretaria de Organización. Además, estuvo el Secretario General de la CTA Autónoma de la provincia, Gustavo Martínez.
Acompañada por su hijo, su nieta y su nieto, Felisa también recibió la visita del Embajador de Nicaragua en Argentina, José Luis Villavicencio Ordóñez. Sus compañeras y compañeros de guaraní, lengua que estudia desde hace años, estuvieron también para hacerle el aguante, junto a amigos y compañeras de toda la vida.
Luego de la presentación de la concejala Lepratti y de un video que introdujo algunos detalles de sus ricas experiencias por América Latina y el mundo, fue el turno de escuchar las palabras de la homenajeada. Felisa comenzó recordando sus orígenes en Corrientes, su decisión de estudiar medicina y, ya como profesional de la salud, su encuentro con la pobreza y las necesidades del pueblo.
Por su militancia política, debió exiliarse, lo que la llevó a diversos lugares del mundo. Pero su segunda patria fue Nicaragua, donde participó activamente de la revolución sandinista que triunfó en 1979.
En 1991 volvió al país, instalándose en Rosario, y se incorporó nuevamente a trabajar en la salud pública. Lo hizo en algunos de los barrios más pobres de la ciudad, donde militó junto a sus habitantes para luchar por sus derechos y necesidades.
Luego de toda una vida de experiencias diversas en países como Guatemala, El Salvador o Brasil, donde participó de trabajos junto al Movimiento Sin Tierra (MST), Felisa asegurá que aprendió “que el vínculo entre los países, los saberes y las luchas son parte de nuestra riqueza como habitantes de Latinoamérica”.
Ella define su práctica como “medicina revolucionaria” y asegura que su militancia está signada por la consigna de “luchar siempre con alegría”, algo que se percibe en la permanente sonrisa que porta. “Yo tengo una especie de voz interior que me dice dónde tengo que estar: del lado de los pobres, de los menos favorecidos, de los que luchan”, aseguró, dejando en claro también la profundidad de su ligazón con el pueblo.
Hacia el final, analizó que el país “está pasando por una etapa muy difícil y dura”, pero dejó un mensaje que permite avizorar otros horizontes: “Hay futuro porque hay esperanza. Ustedes son la esperanza. A organizarse para luchar y luchar para vencer”.
Luego de la entrega de las distinciones y las formalidades, Felisa se perdió en el mar de abrazos que se fueron acercando al estrado. Hasta hubo una larga fila de amistades esperando para el beso, la felicitación y la foto. Esta revolucionaria incansable, que sigue militando con sus 80 años de experiencias, acogió a cada uno con una sonrisa imborrable. Era la sonrisa de quien recibe una pequeña parte de todo el inmenso amor que dio por el pueblo y los más humildes del mundo.
* Equipo de Comunicación ATE Rosario