Oxígeno para el gobierno, ahogo para los trabajadores
Frente a una coyuntura que se presenta cada día más hostil para las clases populares, los grandes medios de comunicación afines al gobierno intentan difundir datos supuestamente positivos para aliviar a la administración nacional. ATE Rosario exige la reapertura de la paritaria para resolver las necesidades de las trabajadoras y los trabajadores.
La tapa de uno de los principales diarios afines a la administración macrista anuncia números que dan “oxígeno para el Gobierno”. El mismo diario que desde hace días insiste con la necesidad de una reforma laboral al estilo de la brasilera y para el cual hasta el aumento del dólar es una buena noticia.
Sin embargo, desde los trabajadores, lo que vemos al revisar las noticias y nuestra propia realidad es que el alivio no llega. Lo que sabemos es que hay un sector productivo que perdió, que la gran industria no da empleo, que están atacando fuertemente al pequeño y mediano productor, que avanza la concentración de la riqueza, que monopolizan cada vez más la política en función de un país para el 50% de la población mientras el resto queda afuera del sistema.
Ese “oxígeno para el Gobierno” está basado en mentiras. Por un lado, la falacia del crecimiento del empleo, ya que el único crecimiento que se ha visto es el del empleo informal y en función de un modelo productivo agroexportador. Se ha reducido la calidad del empleo, se perdió estabilidad laboral y los trabajadores no logran cubrir sus necesidades y las de sus familias. En el Estado esta situación afecta fuertemente porque hay una intencionalidad política de achicar el Estado en algunos sectores y atacar profundamente las condiciones de vida de los trabajadores y las trabajadoras.
En el caso de la administración pública nacional, nos atacan con el presentismo y la productividad, que son un castigo que afectará con más virulencia a las mujeres, que ya de por sí son la mayoría en el sector de servicios y, a la vez, las más precarizadas. La productividad es, además, una variable muy discutible, ya que es muy difícil de cuantificar en sectores de servicios, en salud o en educación, donde no hay manera de analizar el rendimiento sin dejar de lado la calidad de atención y el compromiso social con el otro, derechos que son recortados cada vez que se ajusta sobre los trabajadores del Estado.
Por otra parte, nos dicen que los salarios le ganarían a la inflación y recuperarían lo perdido en 2016. En ese sentido, es nuestra tarea denunciar lo que han sido los acuerdos paritarios a la baja, con porcentajes bajos sobre salarios depreciados. A nivel provincial, la farsa de la cláusula gatillo amenaza con lograr que un año más no se reabra la discusión paritaria. Una necesidad insoslayable cuando queda a la vista que los salarios de la inmensa mayoría de los trabajadores y las trabajadoras de Santa Fe ni siquiera alcanzan a sobrepasar el límite de pobreza que establecen los organismos oficiales.
Tapas de El Cronista del lunes 17/7, el martes 18/7 y el miércoles 19/7, incitando a la reforma laboral a la brasilera
Por la reapertura de paritarias
Sucede que en el acta paritaria firmada el 31 de marzo pasado se acordó un porcentaje de aumento (25%) que, de ser superado por la inflación, activaría una cláusula gatillo para hacer un reajuste inmediato. Por un lado, aunque en los últimos meses el Índice de Precios al Consumidor (IPC) calculado por el IPEC no alcanzó ese número, sí podemos apreciar, tanto en nuestros bolsillos como en las estadísticas, que el tarifazo se comió al salario: el incremento de ese gasto entre junio de 2016 y el mismo mes de este año superó el 40%.
Pero además el acuerdo incluye una trampa, ya que la inflación necesaria para generar el reajuste automático debe superar el 25% luego de agosto, que es cuando se completará el esquema de aumento en cuotas pactado. Pero la medición de incrementos de precios tomará como base el IPC de diciembre de 2016 y no el interanual correspondiente que, en el actual esquema de suba constante de precios, seguramente será más elevado.
No hay que olvidar que, como si esto fuera poco, ese porcentaje de aumento se aplica sobre salarios pauperizados. Al concluir los incrementos en el mes de agosto, la mayoría de los trabajadores y las trabajadoras del Estado santafesino no alcanzarán ingresos que les permitan sobrepasar la línea de pobreza, que el INDEC estableció en $14.665 para mayo pasado. Por eso insistimos con que seguir hablando de porcentajes es una burla para la mayoría de los estatales, que ven sus depreciados salarios devorados por la inflación y con aumentos que no garantizan la vida digna de los trabajadores y sus familias.
Ante este panorama, tenemos en claro que hay que reivindicar la paritaria y la negociación colectiva, con una férrea defensa de los convenios colectivos de trabajo, que cada día intentan poner en jaque los funcionarios del Gobierno nacional. Somos conscientes de que nos pulverizaron el salario y de que, si se actualiza mediante la cláusula gatillo, va a ser en función de las posibilidades o necesidades del gobierno, una administración provincial que es cómplice de las políticas nacionales, y no de las de los trabajadores.
Es allí donde juegan un rol importante quienes se sientan en la mesa de la discusión paritaria: ¿van a decir algo o van a continuar con el silencio que mantienen desde hace años ante la necesidad de la reapertura de las negociaciones?
Tapa de El Ciudadano del 28/7
Defender las necesidades de los trabajadores
Hay que desmitificar la idea que el Gobierno está tratando de imponer a través de sus medios de comunicación afines acerca de que luego de octubre habrá una mejora de la calidad de vida de las personas. Se querrá mostrar una Argentina que avanza y crece mientras sucede todo lo contrario. Lo que están intentando es calmar las aguas en función de sostener el ajuste.
En ese marco, otro de los grandes obstáculos que tenemos es que la CGT se ha convertido un gran problema para la sociedad. El 22 de agosto, fecha que definió para una movilización, está muy lejos de nuestra agenda y pueden pasar muchas cosas hasta entonces. Los estatales necesitamos anticiparnos y trabajar en función de una campaña político sindical que busque resolver las necesidades de los trabajadores como siempre lo hemos hecho.
Los sindicatos somos los que debemos impulsar las resistencias, los reclamos, la lucha por la inclusión, pero también somos atacados. El Gobierno nacional nos enfrenta básicamente porque no quiere más sindicatos, no quiere la organización de los trabajadores, no quiere que el trabajo se discuta de manera estable sino precaria. Entonces atacan las estructuras sindicales y los convenios colectivos de trabajo con el argumento de los “costos laborales”. Cada vez piensan más en los números y para que los números le cierren necesitan mostrar un país que funciona, con crecimiento, apertura económica y destrucción del mercado interno, lo que implica una pérdida de soberanía enorme.
En esta coyuntura, entonces, más que nunca tenemos que reivindicar el concepto de Salario Mínimo Vital y Móvil y la necesidad de condiciones dignas de trabajo. Cada vez que se pierde un derecho es un retroceso no sólo para un trabajador sino para toda la clase y la democracia misma. Si no se democratizan las relaciones de trabajo, si no democratizamos las discusiones paritarias donde debatir nuestras necesidades, lejos estaremos de la democracia real para nuestro país. El empleo es la columna vertebral de la democracia y en todas sus dimensiones: el empleo cuidando a los niños y a los adultos mayores, cuidando la salud, la educación, la cultura, la pequeña y mediana industria y buscando otra manera de distribuir la riqueza.
Vamos por mantener las fuentes de trabajo, vamos por mejorar nuestras condiciones laborales, vamos por la reapertura de paritarias que permita una real recomposición de salarios. Vamos por la defensa de los convenios colectivos que son nuestro reaseguro ante los embates de las patronales y los gobiernos. En defensa de los derechos de los trabajadores del Estado, que garantizan los derechos de todo el pueblo.
* ATE Rosario