Primer año de gestión: ni los gobiernos ni la pandemia nos taparon la boca
Este 6 de noviembre se cumple un año de la asunción formal de la Comisión Directiva encabezada por Lorena Almirón y Fernando Peyrano. En ese marco, la Secretaria General de ATE Rosario realiza un balance de la etapa transitada.
Sin dudas éste fue un año difícil, con una situación inesperada. Nadie pudo ‘prepararse’ para la pandemia, que expuso como nunca que el nivel de requerimientos laborales a les estatales es inversamente proporcional a los derechos que se nos reconocen como trabajadores y trabajadoras.
Pero eso no nos paralizó. Desde el sindicato, adaptándonos a esta realidad desconocida, resolvimos los problemas al ritmo de su aparición, visitamos a nuestros compañeros y compañeras esenciales y consolidamos en la práctica política cotidiana nuestros planteos de campaña.
El sindicato es de quienes trabajan y, con o sin pandemia, le ponen el cuerpo y el corazón a las políticas públicas. Por eso, desde antes de asumir formalmente en 2019, estuvimos siempre donde radica la fuerza del sindicato: los lugares de trabajo.
No estuvimos exentos y exentas del miedo al contagio del COVID, de la necesidad de proteger a nuestras familias, a quienes tenían factores de riesgo. Hubo mucha tensión e incertidumbre, de las que salimos hablando con nuestros afiliados y afiliadas, viendo sus necesidades, sus estados de ánimo. Se trató de hacer carne, tierra, abrazo simbólico el humanismo y la solidaridad en la práctica sindical en un gremio donde los tres niveles del Estado fortalecieron su presencia, pertenencia y articulación.
Antes del aislamiento
Parece que fue otra vida, pero entre noviembre y marzo la actividad fue vertiginosa. Peleas durísimas con paros y movilizaciones contra la precarización laboral y por condiciones de trabajo en todos los niveles. Exigimos constantemente el pase a planta y la reincorporación de las y los despedidos de la era Macri, pero también de quienes vieron caer sus contratos en la provincia y la municipalidad.
Fue en medio de un cambio múltiple de gobiernos que ponían en jaque a la enorme cantidad de personal contratado, sin derechos, tanto a nivel municipal, provincial, como nacional. Uno de los tantos reclamos en los que la pandemia nos dio la razón: no se puede sostener el Estado con precariedad.
Vale recordar que la llegada de Omar Perotti a nivel provincial profundizó los malestares arrastrados: el 2020 inició en la calle, por el retraso del cronograma de pagos. Siguió con el desguace de salud laboral. Continuó con los tarifazos en IAPOS. Y por si fuera poco, con la clausura de la paritaria que se ubicó en 0%, en medio de un enorme deterioro salarial, después del macrismo y durante una pandemia sin precedentes.
De todos modos, hubo logros parciales pero valiosos porque transformaron la vida de personas concretas. Con lucha colectiva y perseverancia, logramos reincorporaciones y renovaciones de contratos en diversos sectores: 16 pases a planta en la Secretaría de Juventudes, 16 reincorporaciones en Fábrica Militar Fray Luis Beltrán de despedidxs en la era Macri, compañeros en INTI, ANSES, Medioambiente de la Municipalidad, entre otros. También acompañamos la lucha y el triunfo en el reconocimiento profesional de la enfermería.
Con la certeza de que la perspectiva de Géneros y Derechos Humanos deben ser transversales a la forma de hacer sindicalismo y vincularnos, lanzamos el Programa de Igualdad Sindical de Oportunidades, sostuvimos espacios intersindicales de lucha por normativas necesarias que fueron aprobadas y peleamos su aplicación, como la Ley Micaela, de Paridad y Licencias materno paternales. También se avanzó en la comisión redactora de la Ley Vanesa y el abordaje de las violencias antes y durante la pandemia, cuando el encierro potenció el peligro y las desprotecciones. En torno a Derechos Humanos, la apuesta es caminar hacia la constitución de un departamento en el sindicato.
La enfermedad
El Covid 19 vino a exponer la enfermedad letal que socialmente tenemos: la desigualdad. Así, intentando abrazar –con hechos, no con brazos- a nuestros compañeros y compañeras, nos pusimos al frente de la lucha de las y los esenciales con paros, asambleas, caravanas, medidas, respetando normas de distanciamiento social. “Cuidamos la salud defendiendo nuestros derechos”, insistimos y seguimos diciendo. A ocho meses de iniciadas las medidas restrictivas, seguimos exigiendo los elementos de protección personal, los protocolos, la capacitación y formación.
Al existir esenciales a nivel nacional, provincial y municipal, también logramos la articulación de luchas de diversos sectores con problemáticas comunes, avanzamos en formaciones y debates.
Con la prepotencia de trabajo de nuestra forma de entender la actividad gremial, tuvimos un fuerte acompañamiento de las y los trabajadores de prensa, que se sumaron a las diversas y novedosas iniciativas que la prohibición de concentraciones sigue desafiando. Apostamos a los plenarios y formaciones virtuales, con gran participación de afiliados y afiliadas.
En este 2020 la insensibilidad de los gobiernos se llevó la vida de muchos compañeros y compañeras del área salud. La sordera de quienes tienen cargos públicos nunca es gratuita para la integridad y la vida de les trabajadores. Como tampoco lo será la nefasta Ley de Riesgos de Trabajo a la que adhirió la provincia con el voto de Senadores y Diputados, pero militada sin grieta por el Gobernador Perotti, el Ministro de Trabajo Roberto Sukerman, el Diputado y ex Gobernador, Miguel Lifschitz y, por supuesto, el partido que la creó: PRO- Cambiemos.
Visualizando que sólo en unidad se podía avanzar, también estuvimos en las calles defendiendo la intervención y expropiación de Vicentín el 9 de julio y exigiendo el impuesto a las grandes fortunas. Estas dos iniciativas que terminaron en ‘concesiones’ del gobierno nacional, que no avanzó en ninguna de ambas herramientas, tuvieron su ‘moño negro’ días atrás con el violento desalojo del predio de Guernica, Buenos Aires, y los hechos dados en Entre Ríos. Un corolario de la triste inacción oficial ante la feroz quema de humedales y de territorios en diversas provincias.
También sostuvimos alto el valor de la solidaridad y, el Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras, lo celebramos con un locro popular en uno de los barrios en los que con nuestra CTA Autónoma venimos construyendo. Si quienes tenemos trabajo la estamos pasando mal, quienes son pobres de toda pobreza, están peor y es necesario fortalecer la empatía para ayudarnos. Por eso también insistimos en el reclamo por la cantidad y calidad de los alimentos que se entregan en las escuelas.
El antídoto
La organización colectiva, en nuestro caso el sindicato, es la mejor respuesta que podemos seguir construyendo para torcer las cosas que sufre nuestro pueblo, nuestros compañeros y compañeras. Pero para hacerlo hay que continuar la línea que tenemos desde hace un año: la de la autonomía de los partidos y la de estar en cada conflicto estatal, más allá de los colores de las agrupaciones. A la hora de reclamar los derechos somos todes clase trabajadora.
También es importante destacar la recuperación de lo que se llama ‘vida orgánica’: reuniones, acciones y debates en el interior del Secretariado de ATE Rosario. Con diferencias, discusiones, pero enorme compromiso, afrontamos cada día este desafío, exponemos nuestras acciones en nuestra web y redes sociales que crecen en seguidores y consultas.
Ante una organización fuerte y presente, el funcionariado tuvo que abrir espacios de diálogo, negociación y resolución con ATE Rosario. Así, avanzamos en los planteos vinculados, por ejemplo, a salud mental. Y vamos a ir empujando los cambios estructurales necesarios y urgentes, en coordinación con nuestra ATE Nacional, en lugares centrales como PAMI.
Si bien el sindicato no es ni uno ni cien edificios, nuestra histórica casa de San Lorenzo 1879 necesitaba reformas que se están haciendo para mejorar la atención y los espacios. A mano, la propia Comisión Directiva va llenando de murales las paredes, reformándolas, dando nueva vida a un edificio que tiene que representar la fortaleza de la organización que lo habita y de la historia que lo constituye.
También en este año, brindamos atención especial mediante Acción Social. Aumentamos los subsidios, que fueron triplicados en casos de fallecimientos por Covid, se duplicaron los de nacimientos, casamientos, etcétera. Además realizamos sorteos y sostuvimos espacios en verano para que las y los estatales puedan esparcirse en familia.
Tenemos claro que falta un montón. Vamos por el primer año. Y qué año. Pero no le rehuimos al vaso medio vacío, es el que impulsa la creatividad y convoca a todas las personas que integran ATE Rosario a acercarse, expresarse, construir, criticar constructivamente, hacer propuestas, militar para ser mejores.
Con la memoria de nuestros grandes dirigentes, con un orgullo y gratitud enormes hacia les esenciales, sigamos construyendo la ATE Rosario que nos merecemos.
Lorena Almirón, Secretaria General de ATE Rosario