Almirón: "En paritarias hay que discutir condiciones integrales de trabajo y con perspectiva de género"
La Secretaria General de ATE Rosario, Lorena Almirón, brindó una extensa y profunda entrevista al portal Reveladas. Sus orígenes, la militancia gremial feminista, las realidades en los sindicatos y los conceptos centrales que guían su modelo sindical, en esta imperdible nota.
#MujeresSindicalistas | Las mujeres sindicalistas muchas veces no están “en la foto”, al menos en las que circulan en redes sociales y medios hegemónicos, pero sin dudas están y no desde hace poco tiempo, en el día a día de la vida gremial, son parte, se organizan, luchan y conquistan lugares de decisión y conducción, aún contra todas las barreras existentes y siempre junto a la potencia colectiva de otras mujeres y disidencias. En esta sección charlaremos con mujeres sindicalistas -de la ciudad y el país- para conocer sus historias, cómo se ensamblan sindicalismo y feminismo, cómo recuperar el poder adquisitivo de los y las laburantes, cuáles son los desafíos para la unidad y la construcción de un programa propio del movimiento de trabajadoras y trabajadores.
Lorena Almirón es desde el 2019 la primera mujer en ser secretaria general de la Asociación de Trabajadores Estatales (ATE) seccional Rosario, un gremio donde el 70 por ciento son trabajadoras mujeres. Lorena es asistente escolar, mamá, le faltan pocas materias para recibirse de Trabajadora Social, feminista y militante popular. En diálogo con este medio repasa una vida con un fuerte compromiso social que comenzó en el barrio Santa Lucía donde creció, asegura que sin el apoyo de sus compañeras no hubiera podido avanzar, enumera las demandas urgentes del sector y cierra asegurando que no se puede estar del lado del patrón y del trabajador al mismo tiempo.
–¿Cómo fue tu infancia y vida familiar?
-Mi historia comienza en el San Lucía, un barrio periférico de la ciudad con mucha historia obrera, ahí me crié, fui a la escuela que surge por un proyecto de los vecinos y empecé mi formación social que me ayudó mucho en lo sindical también. Era una escuela muy precaria que nace con una historia de lucha y persecución a sus integrantes desde el ‘76. Mi casa está enfrente de la escuela, mi mama vive aún allí.
-¿Cuándo comenzó tu etapa laboral y cómo te sumaste a la militancia gremial?
-A los 21 años me convocaron para trabajar en el comedor de esa misma escuela y ahí empezó mi trabajo en la institución de otra manera, ahí me formé como trabajadora. Me afilié a ATE en el 2004 y afilié a mis compañeras, y me eligieron delegada, la escuela era privada y después pasó a ser de la provincia desde 2007. Fui delegada de base, luego parte de la Comisión Directiva del gremio, también estudié Trabajo Social, me faltan unas materias para recibirme, lo dejé antes de que naciera mi hijo, me era muy difícil estudiar porque mi esposo trabajaba todo el día, pero lo tengo como una materia pendiente.
En el sindicato fui secretaria pro-gremial por dos períodos consecutivos, después secretaria adjunta y actualmente soy secretaria general, parece algo de corto plazo pero fueron tiempos muy difíciles, a las mujeres nos cuesta mucho más llegar a espacios de toma de decisiones pero fue una lucha colectiva, es algo que no se consigue sola ni de un dia para el otro. Y sé que por más que tengamos que pasar muchos obstáculos es posible ser delegada de base y llegar luego a espacios que vayan más allá de acción social o los administrativos, somos capaces de conducir un sindicato, cualquier sindicato combativo.
-¿Cómo es la participación sindical para una mujer?
-Mis compañeras fueron fundamentales para que hoy esté acá. Siempre es difícil pero ellas estuvieron e impulsaron, me dijeron ‘este es el momento’, tres veces estuve a punto de ser secretaria general pero pensaba que le correspondía a los varones por haber llegado antes al sindicato y no me daba cuenta de todo lo que aportamos con nuestro trabajo diario, porque los varones nos decían ‘hay que hacer esto y aquello’ y nosotras hacíamos, ejecutábamos sin vueltas. Tenemos poder de organización y podemos estar en lugares de decisión. Nosotras ganamos la seccional estando juntas.
“Mis compañeras fueron fundamentales para que hoy esté acá. Siempre es difícil pero ellas estuvieron e impulsaron. Nosotras ganamos la seccional estando juntas”.
-¿Alcanza con el cargo para las mujeres?
-Todo el tiempo tenés que demostrar. Tenemos otras maneras para conducir y muchas veces eso se puede interpretar como debilidad, es un hilo muy delgado, porque tampoco queremos ser autoritarias ni parecer como que somos débiles. Lo cierto es que tengo que hacer cincuenta mil cosas para que un dirigente nacional diga…’ah, mirá’…y a un compañero varón nadie le cuestiona qué hace o no hace, pero somos fuertes en lo que planteamos y eso molesta, porque están acostumbrados a golpear la mesa y putear, nosotras decimos lo que tenemos que decir con firmeza y luchamos por un sindicato libre de violencias.
“En el sindicato la participación es un 70-30 con mayoría de mujeres. Muchas veces son los varones quienes participan más activamente porque tienen menos dificultades a la hora de militar. En mi caso tengo dos hijos y los traía acá desde chicos, a las marchas, están acostumbrados a tener esta mamá, y eso te lleva a perder algunas cosas importantes pero a valorar otras, acá estamos para acompañar a mucha gente y creo que mi familia está orgullosa”, expresa Lorena quien nos recibió en su oficina un miércoles temprano de mañana, antes de asistir a la movilización que en sede de Gobernación realizaban los y las trabajadoras provinciales. Detrás de su escritorio se destaca el verde de la impactante pintura que identifica la historia de lucha de los y las trabajadoras de ATE, en tanto que la mesa de reuniones está rodeada de cuadros, uno de ellos de Juan Domingo Perón y otro de Eva Duarte.
–A tu llegada a la secretaría general creaste en el marco del Departamento de Mujeres, Género y Diversidad, el Programa de Igualdad Sindical de Oportunidades (P.I.S.O). ¿Qué políticas vienen desarrollando en ese sentido?
-Desde hace mucho tiempo conformamos en el sindicato un grupo de mujeres que empezamos a viajar a los entonces Encuentros Nacionales de Mujeres, y comenzamos a ver distintas cuestiones de violencias y femicidios que nos tocaron de cerca, y que dispararon la necesidad de generar un espacio distinto en el sindicato. Tuvimos muchas trabas porque los sindicatos tienen estructuras patriarcales y verticales y hasta el día de hoy es muy difícil salir de ese esquema, tuvimos mucha resistencia, sobre todo violencia simbólica.
Con el tiempo hemos transitado mucho y crecido aún más en perspectiva de género que debe ser transversal a todo el sindicato. Conformamos el Departamento de Mujeres, Género y Diversidad, aprobamos por Comisión Directiva un protocolo de actuación por violencia de género para todos los afiliados de la seccional y cuando asumí arrancamos el programa P.I.S.O, que fomenta la igualdad sindical de oportunidades con varios ejes como campañas de sensibilización, encuestas para ver la composición por géneros, tener datos de las realidades, cambiamos la ficha de afiliación que tiene perspectiva de género, tenemos el cupo laboral trans incorporando en Fabricaciones Militares a dos compañeras trans. Todos los días recibimos casos de violencia de género, institucional, laboral, la pandemia visibilizó muchas cuestiones, por eso armamos además un dispositivo de atención para casos de violencia en pandemia, y lo mantenemos. Este año presentamos una biblioteca virtual de ATE con leyes y decretos accesibles a todos, libros, videos, y disponible para que cualquier organización nos envíe material para incorporar. Tuvimos incidencia en el proyecto de la licencia por violencia de género en el municipio y la provincia, que vale aclarar aún hoy hay problemas para que se aplique porque no queremos que diga ‘licencia no prevista en el reglamento’ sino que hay que llamar a las cosas por su nombre. En ese sentido creo que debería haber mucha más articulación entre el Ministerio de las Mujeres nacional y los ámbitos provinciales para destrabar la burocracia que persiste.
“Tuvimos muchas trabas porque los sindicatos tienen estructuras patriarcales y verticales y hasta el día de hoy es muy difícil salir de ese esquema, tuvimos mucha resistencia, sobre todo violencia simbólica”.
-¿Cómo se fue dando la articulación con mujeres sindicalistas de otros gremios?
-Hemos articulado con todo el movimiento de mujeres y feministas de la ciudad, así tengamos diferencias con otros sindicatos y organizaciones seguimos articulando. Las cúpulas muchas veces confrontan pero en el movimiento de mujeres no es así, podemos discutir pero sabemos llegar a acuerdos para llevar adelante las consignas de todas, somos un ejemplo de lucha. Hemos armado la Multisectorial de Mujeres Sindicalistas, nos juntamos secretarias generales y mujeres con distinta participación para realizar acciones conjuntas, creamos la Mesa por la Ley Micaela, para que nos den participación en los sindicatos, y dentro de poco vamos a ser parte de la capacitación para toda la administración pública.
-¿Cuáles son los desafíos para recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras?
-No todo pasa por la paritaria en la vida gremial, pero podría pasar si la paritaria fuera lo que tendría que ser: no es solo para discutir salarios, tenemos que tener un convenio colectivo, un compañero que falleció, Germán Abdala, cuando fue diputado nacional presentó la Ley de Convenio Colectivo de Trabajo para todos los trabajadores del Estado. No solo hay que discutir salarios sino también las condiciones de trabajo que engloban mucho más que la plata, que por lo general es muy poca y sobre todo para los sectores feminizados del Estado como educación, desarrollo social, enfermería, asistentes escolares -que es de donde vengo- y donde somos mayoría mujeres. La paritaria tiene que tener perspectiva de género, porque muchas veces en la mesa se sientan solo varones.
La pandemia ha desgastado mucho sobre todo a las compañeras de salud, que estuvieron trabajando sin descanso y peleando por tener los elementos de seguridad suficientes, en relación seguimos peleando para que a las enfermeras les den el lugar de profesionales que les corresponde, hay que valorar a los trabajadores de la salud, de educación, de justicia, desarrollo social, seguridad vial que también fueron esenciales y han estado trabajando desde el minuto cero, porque los esenciales no dejamos de trabajar, el sindicato no dejó de trabajar.
Tenemos una herramienta fundamental e histórica en el movimiento de trabajadores y trabajadoras que es el paro, es fundamental organizarlo y que salga de las bases para que tenga contundencia. En la pandemia además inventamos otras como salir con una propaladora, un colectivo que salía del Cordón Industrial e iba pasando por los lugares de trabajo y los compañeros iban saliendo con carteles con los reclamos y lo que necesitaban, y luego pasamos por los lugares públicos de toma de decisión hasta Gobernación donde pegamos todos los carteles. El sindicato son los compañeros, no es el edificio, ‘ni uno ni cien edificios’ como decía Agustín Tosco, es la organización de los trabajadores.
“No solo hay que discutir salarios sino también las condiciones de trabajo que engloban mucho más que la plata, que por lo general es muy poca y sobre todo para los sectores feminizados del Estado. La paritaria tiene que tener perspectiva de género, porque muchas veces en la mesa se sientan solo varones”.
-¿Cuáles son las principales demandas actualmente?
-Exigimos la reapertura inmediata de la paritaria. Estamos en un promedio del 3 por ciento mensual de inflación y los meses que vienen son los más altos en inflación, si se espera a octubre va a ser más complicado llegar a fin de año sin perder poder adquisitivo. A nivel nacional en muchos sectores ya se logró el 45 por ciento, en esta provincia que es rica, tomando el período enero-mayo de 2020 y 2021, las finanzas crecieron un 59 por ciento en total en la provincia, un 8,4 por ciento por encima de la inflación, y eso porque han ahorrado con los trabajadores, porque el año pasado nos pagaron sumas en negro que no se incorporaron al salario, lo que nos hace perder poder adquisitvo, además de desfinanciar la Caja de Jubilaciones y la de la obra social. Hay gente que se tiene que jubilar y no lo hacen por el déficit de la Caja. Nosotros no decimos ‘no queremos los bonos’ porque es algo que se nos antoja, sino porque se desfinancian los lugares que nos afectan cuando nos toque jubilarnos.
También exigimos el pase a planta permanente, tenemos 4500 trabajadores en situación de precariedad, algunos con contratos y otros monotributistas, otros cobran por planilla, sobre todo en el sector salud, desarrollo social, ha habido un armado de expedientes pero no salen los pasa a planta prometidos. Las asignaciones familiares son las más bajas del país. Se suma el tema del bolsón que se entrega en los comedores escolares que suplanta la ración de comedor en el contexto de pandemia, se tendría que actualizar tres veces y se está actualizando solo dos, se entregan dos al mes y al segundo le sacan un poco de mercadería para darle la leche a los pibes en la escuela, en vez de implementar más presupuesto, cuando sabemos que para muchos la comida del comedor es la única del dia. Además está la cuestión de las condiciones edilicias, en educación hicimos un relevamiento con la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafe Rosario) que da cuenta de que la ministra de Educación provincial miente cuando dice que en cada escuela que reclamó se hicieron las obras, porque hay un 41 por ciento de problemas de calefacción pero solo en un 8 por ciento hay obras. Tenemos que decir las cosas que se hacen bien pero también lo que se hace mal, hubo un destrato muy grande del gobierno provincial hacia los trabajadores y en pandemia, indigna que se ahorre plata con los trabajadores.
“Exigimos la reapertura inmediata de la paritaria, el pase a planta permanente, más presupuesto en los bolsones de comida en comedores escolares, y condiciones edilicias dignas”.
–¿Cómo ves el presente y futuro de la unidad del movimiento de trabajadoras y trabajadores? ¿Qué rol tienen que tener las mujeres sindicalistas?
-Estamos pagando una deuda fraudulenta que hay que investigarla, hubo plata que no fue un solo peso a la gente, no hay que pagar por pagar porque eso genera más ajuste, menos trabajo y riqueza para los trabajadores. Queremos la justicia social, una mejor distribución de la riqueza, pero cada vez se complica más. En los ‘90 nos fuimos de la CGT y confirmamos la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) una central autónoma de los partidos, los gobiernos y los patrones, para contrarrestar el menemismo, hoy creo que el movimiento está cada vez más fragmentado y tenemos que trabajar en la mayor unidad posible porque eso nos daría fuerza. La política es una herramienta muy importante pero creo que los dirigentes que deciden estar en una lista tienen que tomar licencia porque no podés estar de los dos lados del mostrador. Hay que trabajar para avanzar en cuestiones en articulación con la política, como fue por ejemplo el boleto educativo gratuito, pero mantener la autonomía del partido es fundamental, o estás del lado de los trabajadores o del patrón. Me alegro por quienes están participando políticamente pero siempre hay que apuntar a defender los derechos de los trabajadores como corresponde.
Por Eugenia Rodríguez - Ph portada Martina Haure.